jueves, 17 de junio de 2010

AMET, LA LEY Y EL ORDEN

Jamas en mi vida me imagine que iba a escribir algo como lo que estoy a punto de escribir, aunque creo poco probable se me presente otra oportunidad parecida.

Al través de mis desahogos he venido propugnando por la toma de conciencia y participación en las situaciones sociales por las que esta atravesando nuestra sociedad y es del caso resaltar lo que sectores de la prensa han calificado como enfrentamientos entre la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET)dirigida por el Gral. Jose Anibal Sanz Jiminian y los motoconchistas motivados en el propósito de la primera en hacer cumplir la ley.

Cosas veredes e increíbles, signo del deterioro de la coexistencia pacifica en nuestra querida República Dominicana. So pretexto de ser padres de familia y procurar el sustento de la misma (agrupación a la que pertenecemos todos) no nos da derecho a violentar las leyes que procuran nuestra convivencia ordenada y sosegada.

Aun partiendo de que todo lo legal no es necesariamente justo, en el caso que nos ocupa se trata de algo legal y justo, de puro ordenamiento del libre transito de vehículos de motor del cual los ciudadanos con capacidad de conducir cualquiera de ellos, disfrutamos.

Aquí lo que se solicita es algo tan simple que no soporta el mas mínimo cuestionamiento. Todos debemos poseer una licencia para conducir vehículos de motor en sus diferentes categorías. Todos debemos pagar el impuesto de placa y matricula que acredita la identidad y propiedad del vehículo que sea y por ultimo, todos debemos conducir el vehículo que sea, rodeados de la mayor seguridad posible que prevenga o aminore cualquier accidente trágico del que podamos ser participes durante el manejo del vehículo de que se trate.

Si hacer cumplir tan elementales reglas de convivencia y protección humanas reclama de un “enfrentamiento”, cabria la frase del famoso chiste del tuerto que conducía un grupo de ciegos en una yola cruzando el Río Ozama y en medio del cruce una rama de un árbol le saca el ojo bueno y el tuerto solo acierta a decir “ahora si llegamos” tras lo cual todos los ciegos se apearon de la yola y por supuesto todos se ahogaron.

Este desahogo clama porque apoyemos la acción emprendida por AMET para hacer cumplir la ley que ademas de legal es justa.

Ojala que esto no se interprete como un respaldo a que la aplicación de la Ley exige de mediadas contrarias al respeto a la dignidad humana, si no como un respaldo a que la Ley es igual para todos, porque lo contrario seria una acentuación del caos y la contradicción.
15 de Junio 2010
Polibio Diaz Amet, la ley y el orden

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