Desde el viernes pasado, luego de tomar mi acostumbrado café con mi amigo Nano y dirigirme a la funeraria al velatorio de mi tía Celeste, ultima de las hermanas de mi papa que quedaba con vida, comencé a sentir un malestar, aparentemente típico de una especie de influenza que esta en el ambiente. El enterramiento de tía Celeste termino tarde en la tarde debido a que en el trayecto hacia el cementerio Cristo Redentor, el cortejo fúnebre se encontró con un accidente en el mismo que impidió su llegada en tiempo prudente a su destino.
Mientras esperábamos por su arribo mi malestar se fue intensificando y al regresar a mi casa ya tenia fiebre, lo que me obligo a recluirme en ella provocando la interrupción de mi rutina de fin de semana con la excepción del domingo que como siempre asistí a misa, regresando a mi casa de donde no salí hasta el Lunes cuando hube de hacerlo para cumplir con obligaciones impostergables. Ese Lunes fue bastante agitado y hoy Martes cuando escribo y aunque no tengo fiebre, me siento desanimado.
Me siento desanimado producto del malestar físico que digo sentir o sera porque mi estado anímico esta influenciado por el raro ambiente que se respira en la sociedad dominicana? Cual fue primero, el huevo o la gallina?
Hace tiempo me vengo repitiendo que la mayoría de las personas, entre las cuales creo estoy yo, fundamentan el éxito de sus gestiones en la existencia de un ambiente de confianza, optimismo y seguridad lo que invita a emprender cada día con renovada fortaleza ante la expectativa de lograr los objetivos de la iniciativa.
Busco, busco y busco esas señales que me indiquen que realmente las cosas se encaminan por la ruta de las soluciones. Ante la abundancia de informaciones contradictorias entre la percepción y el de las estadísticas económicas, los renovados incidentes que disminuyen la seguridad ciudadana, los intentos de prevaricacion de ciertas autoridades que cuestionan decisiones urbanas tomadas a la luz de estudios técnicos rigurosos por el solo motivo de entender que perjudica y modifica el acostumbrado trayecto vehicular que debe tomar para acceder a su vivienda, contribuyen a mi desanimo.
Mientras, nos debatimos en la reelección o no, en la división o no, en Figueroa Agosto y Figueroa Septiembre, mas dimes y diretes de que si tu o que si yo, pero que si, si, mas porque no y di tu primero, que si hay luz pero no, que mas subsidio al zafacon y mientras yo pago y el otro no y quitenle a todo el mundo porque es pa'lante que vamos, el país, nosotros los ciudadanos, esperamos y nos tiran los caramelitos envenenados que nos intoxican y anclan nuestra energía. Son tantas cosas que por poco dejo fuera la menos importante: la adecuación fiscal.
Mientras esperábamos por su arribo mi malestar se fue intensificando y al regresar a mi casa ya tenia fiebre, lo que me obligo a recluirme en ella provocando la interrupción de mi rutina de fin de semana con la excepción del domingo que como siempre asistí a misa, regresando a mi casa de donde no salí hasta el Lunes cuando hube de hacerlo para cumplir con obligaciones impostergables. Ese Lunes fue bastante agitado y hoy Martes cuando escribo y aunque no tengo fiebre, me siento desanimado.
Me siento desanimado producto del malestar físico que digo sentir o sera porque mi estado anímico esta influenciado por el raro ambiente que se respira en la sociedad dominicana? Cual fue primero, el huevo o la gallina?
Hace tiempo me vengo repitiendo que la mayoría de las personas, entre las cuales creo estoy yo, fundamentan el éxito de sus gestiones en la existencia de un ambiente de confianza, optimismo y seguridad lo que invita a emprender cada día con renovada fortaleza ante la expectativa de lograr los objetivos de la iniciativa.
Busco, busco y busco esas señales que me indiquen que realmente las cosas se encaminan por la ruta de las soluciones. Ante la abundancia de informaciones contradictorias entre la percepción y el de las estadísticas económicas, los renovados incidentes que disminuyen la seguridad ciudadana, los intentos de prevaricacion de ciertas autoridades que cuestionan decisiones urbanas tomadas a la luz de estudios técnicos rigurosos por el solo motivo de entender que perjudica y modifica el acostumbrado trayecto vehicular que debe tomar para acceder a su vivienda, contribuyen a mi desanimo.
Mientras, nos debatimos en la reelección o no, en la división o no, en Figueroa Agosto y Figueroa Septiembre, mas dimes y diretes de que si tu o que si yo, pero que si, si, mas porque no y di tu primero, que si hay luz pero no, que mas subsidio al zafacon y mientras yo pago y el otro no y quitenle a todo el mundo porque es pa'lante que vamos, el país, nosotros los ciudadanos, esperamos y nos tiran los caramelitos envenenados que nos intoxican y anclan nuestra energía. Son tantas cosas que por poco dejo fuera la menos importante: la adecuación fiscal.
Polibio Diaz
De que escribo y porque escribo
06/07/2010De que escribo y porque escribo

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