sábado, 29 de septiembre de 2012

LUCY Y CINDY


Cuando esta mañana salí al acostumbrado paseo a mis dos queridas perritas (son dos “Yorkies” exactamente conformes a las características correspondientes con su raza y ademas Cindy es hija de Lucy) inmediatamente recibí el saludo de una vieja amistad de mis padres, quien cada vez que nos cruzamos en la caminata, me inquiere, como están esas fieras y yo tradicionalmente le contesto, mis leonas están bien. Esta introducción viene al caso porque me recordó lo que tantas veces doy por seguro y es el afecto que estos animales domésticos avivan en nosotros los humanos.

En mi experiencia de las caminatas que cada mañana emprendo con Lucy y Cindy es que con cada caminante que nos cruzamos trata de expresar un gesto de simpatía hacia ellas a lo cual la respuesta típica de ambas es un par de ladridos que, aunque a algunos atemoriza, la inmensa mayoría comprende que es su forma de responder al gesto de amistad hacia ellas.

La otra parte importante del paseo es que tengo por costumbre desear buen día a cada uno de los transeúntes con que me cruzo, sin importar condición humana alguna, y es reconfortante ver como se ilumina la cara y los ojos de cada uno y a la vez responden con el mismo buen día, por lo menos en la inmensa mayoría de los casos, y me invade el sentimiento de que este diminuto gesto puede contribuir a que podamos enfrentar los retos que el resto del día nos tiene guardados y me ayuda a ratificar mi creencia de que en el mundo hay mas gente buena que mala. Esto me lleva a pensar en la existencia de Dios y la convivencia entre nosotros y me hace pensar en la armonía que tratamos de mantener entre las realidades del mundanal ruido, como diría mi padre, y la actitud mental que nos ayude a actuar en consecuencia con la mencionada armonía.

Debo confesar que Lucy y Cindy traen inmensa alegría a mi cotidianidad y es complemento ideal para mi verdadera felicidad: Tina, Poli, Gabi, Farid y de ultimo pero primero, Sebastian Andres, mi primer nieto, del cual ya les contare.


Polibio R. Diaz
29 de Septiembre del 2012
Santo Domingo, D.N.

No hay comentarios:

Publicar un comentario